(Pedro Barrado, en Vida Nueva). Empecemos con una cita sin duda oportuna: «Numerosas aportaciones positivas provienen de la exégesis feminista. Las mujeres han tomado así una parte activa en la investigación exegética. Con frecuencia han logrado percibir, mejor que los hombres, la presencia, la significación y el papel de la mujer en la Biblia, en la historia de los orígenes cristianos y en la Iglesia. El horizonte cultural moderno, gracias a su mayor atención a la dignidad de la mujer y su papel en la sociedad y en la Iglesia, hace que se dirijan al texto bíblico preguntas nuevas, ocasiones de nuevos descubrimientos. La sensibilidad femenina lleva a entrever y corregir ciertas interpretaciones corrientes tendenciosas, que intentaban justificar la dominación del varón sobre la mujer».

Estas palabras del importante documento de la Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993), bien podrían indicar el rumbo de la nueva colección de la editorial SAN PABLO Mujeres Bíblicas, cuyos cuatro primeros títulos acaban de ver la luz. (Aunque tampoco convendría olvidar ciertas reservas que manifiesta el propio documento sobre esta aproximación bíblica: «En la medida en que la exégesis feminista se apoya sobre una posición tomada, se expone a interpretar los textos bíblicos de modo tendencioso y, por tanto, discutible […]. En este campo [la cuestión del poder], la exégesis feminista no podrá ser útil a la Iglesia sino en la medida en que no caiga en las trampas que denuncia, y no pierda de vista la enseñanza evangélica sobre el poder como servicio, enseñanza dirigida por Jesús a todos sus discípulos, hombres y mujeres»).

Las obras responden a la misma estructura. Con una extensión breve –equivalente a un artículo de revista, aproximadamente–, el contenido presenta una primera sección con los términos clave de la obra. Después, tras el desarrollo del tema propiamente dicho, un esquema del mismo en forma de mapa conceptual. Luego, unas pistas para el trabajo individual y una dinámica grupal, para terminar con unas llamadas «Rutinas de pensamiento» –con la finalidad de una profundización personal de cara al futuro– y una breve bibliografía (entre cuatro y seis libros) comentada. Así, la intención pedagógica de la colección resulta evidente.

Naturalmente, y aun ajustándose a los márgenes de una colección de estas características, en los volúmenes se percibe la personalidad de cada autora. Así, en el libro de Ianire Angulo Ordorika Las mujeres en la Biblia hebrea (56 pp.)–, destacan la claridad y el sesgo docente de la profesora, ofreciendo las principales características de la mujer en el Antiguo Testamento (aunque en la ilustración de cubierta –realizada, como en los demás volúmenes, por Silvia Martínez Cano, directora de la colección–, más que hebreas, parezcan mujeres musulmanas tocadas con el hiyab), como su papel de madre o como fuente de impureza, su carácter simbólico o su puesto en el código social.

Noemí (56 pp.), obra de Dolores Aleixandre, rezuma la poesía y hondura que manifiesta la protagonista en un discurso en primera persona. Términos como los de menujah (descanso) o jésed (fidelidad) constituyen importantes claves para entender al personaje bíblico y el libro que lo alberga.

En el libro de Mercedes Navarro Puerto, María de Betania (56 pp.), habla sobre todo la psicóloga y narratóloga que tiene gran experiencia en la escena de la unción de Betania (tema que ya abordó en su tesis doctoral Ungido para la vida [Verbo Divino, 1999]). Aquí, una antropología corporal sexuada y el placer no solo encuentran acomodo, sino que son presentados como auténticos rasgos pascuales.

Por último, Las discípulas de Jesús (64 pp.) lo escribe una autora –Isabel Gómez-Acebo– ya veterana en estas lides feministas y exegéticas (quizá por eso llama más la atención la confusión, en la p. 28, entre la Tamar que es nuera de Judá y la que es hija de David). En esta obra, no obstante, se detectan algunas debilidades argumentales cuando se pasa sin solución de continuidad de una hipótesis a un dato cierto (por ejemplo, al hablar de algunos liderazgos femeninos en las primeras comunidades). Con todo, es un buen recorrido que presenta la ruta que siguieron las discípulas de Jesús, cada una a su manera y desde su situación personal, tal como podemos leer en los evangelios.

En suma, unas obras asequibles que pueden ser de gran ayuda.

Pedro Barrado

Vida Nueva 3.120 (6 de febrero de 2021) 42.

LAS MUJERES EN LA BIBLIA HEBREA  Noemí  Las disculpas de Jesús  MARÍA DE BETANIA