(Jesús Miguel Zamora, en CONFER). La sinodalidad en la vida de la Iglesia es un libro que nace como fruto de una reunión del Grupo Iberoamericano de Teología que, convocados por la Universidad Iberoamerica de Puebla, reunió a teólogos de América Latina, España, Italia y Norteamérica.
Es un tema que apasiona, a partir de los últimos escritos del Papa Francisco, pero que tiene su expresión más clara a partir de los documentos del Vaticano II, donde se había explorado poco tanto el concepto de sinodalidad eclesial como el de colegialidad episcopal.
Diversos autores, en artículos más o menos extensos del libro, analizan con cierto detalle qué ha ocurrido desde el Concilio Vaticano II para que en algunos casos se haya potenciado el término colegialidad por encima del de sinodalidad y no se haya encuadrado el primero dentro del segundo. De ahí que al hacer un recorrido histórico de cómo se han ido desarrollando ambas realidades, el término sinodalidad eclesial ha cogido fuerza no como una moda sino como algo propio, específico del ser de la Iglesia. Incluso, en un capítulo que trata sobre el tema de los abusos (a partir de la página 67), se está haciendo hincapié en la falta de un desarrollo de la sinodalidad que pudiera haber menguado este problema y haber disminuido tanto su terrible práctica como haber aumentado la formación precisa en sacerdotes y en el modo de proceder de los obispos.
Está dividido el libro en cuatro grandes apartados, algunos de ellos con una marcada incidencia en el ámbito geográfico latinoamericano. Así: «La reforma de la iglesia en clave sinodal» (el primero) y «Las conferencias episcopales en una Iglesia sinodal» (el segundo) pretenden hacer un recorrido donde lo histórico se mezcla con lo teológico a partir del Vaticano II. Se destaca con insistencia la necesidad de volver a refrescar la idea de la sinodalidad eclesial por encima de la colegialidad episcopal. Y si esta es importante con el Obispo de Roma, es porque está encuadrada en un marco de Iglesia toda ella sinodal.
Se hace un amplio análisis de lo que significan las conferencias episcopales, su lugar y su fundamentación, y cómo se fueron desarrollando a partir del Vaticano II. Eso da pie a no olvidar que el caminar juntos laicos, pastores y Obispo de Roma es clave en esta visión. Cada uno en su lugar, pero sin perder la referencia a los otros, pues en la medida en que se absolutizan, a veces de manera muy sutil, alguna de esas realidades, se cae en excesos que desfiguran el verdadero sentir de la Iglesia.
El siguiente gran apartado habla de actuaciones muy radicadas en el continente latinoamericano. Se titula: «Caminando desde América Latina», donde, en cuatro capítulos, se ofrecen experiencias de camino sinodal que ayudan a entender la marcha que ha seguido la Iglesia a partir de muchas realidades vividas (Medellín, Puebla, Aparecida, Sínodo Panamazónico, etc.) y que configuran un modo de hacer y de ser. Importante en este camino experiencial el aporte del P. Trigo cuando afirma que «… no habrá camino sinodal mientras no haya sinodalidad con los pobres de la Tierra» (pág. 214), insistiendo que ese camino sinodal para ser efectivo pasa necesariamente por el filtro y la comunión con los pobres.
La ultima parte, «Una Iglesia toda ella ministerial», recoge el título de unos de los apartados del documento final del Sínodo para la Amazonia. En el fondo se trata de superar un modelo tridentino de Iglesia para abrirse a un modelo más de base, más de todos, recogido en los documentos del Vaticano II y en los diversos documentos posteriores emanados por el Obispo de Roma, a partir de los sínodos celebrados últimamente y, en especial, el Sínodo sobre la Amazonia, comentando ampliamente la gran carga ministerial (que es, ante todo, servicio) tanto de pastores como de laicos, en un momento difícil de la vida de la Iglesia en esa zona y que se remite al Documento último del Sínodo aprobado.
El libro insiste en muchos momentos en temas que ya en el Vaticano II aparecían de manera clara. Expresiones como «Pueblo de Dios», «Iglesia comunión», «vocación universal a la santidad», etc. son elementos que en el ámbito eclesial refuerzan el tema sinodal; por otro parte, son experiencias mucho más antiguas que el Vaticano II, pues se venían haciendo en determinadas latitudes y que el Vaticano II vino a refrendar con sus expresiones.
Surgen temas que no pueden dejarse de lado en un proceso de vivencia sinodal de la Iglesia: pobres, jóvenes, mujeres, laicos que, junto a la propia realidad estructural de la Iglesia, hacen necesario, como refleja el libro en múltiples ocasiones, unos espacios de diálogo mucho mayores (también en los sínodos o en los nuevos areópagos que se creen) donde los temas de escucha y decisión sean elementos que faciliten el camino sinodal.
Al final, en las conclusiones aparece un pequeño párrafo que resumen muy bien todo el espíritu del libro:
«La reforma eclesial no solo abarca la misión de la Iglesia y salir al mundo… Quizá sea lo más fácil porque las necesidades están ahí… Pero una reforma del ser mismo de la Iglesia es tan urgente como la anterior pero mucho más difícil porque supone mover estructuras y tradiciones que se han afianzado durante siglos y son tan profundas y estables que pensar en un cambio parece ´misión imposible´; aunque dejemos que el Espíritu actúe…» (pág. 376).
El libro, como recordamos surgido con ocasión de la celebración del cincuenta aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, a partir del discurso del Papa Francisco el 17 de octubre de 2015 y la necesidad de estudiar una pastoral de la teología, hizo nacer dos encuentros últimos, —uno en Puebla, en 2019, y otro en Madrid, con más de 80 teólogos, pastoralistas y canonistas pertenecientes a más de 30 facultades de teología de diversos países y regiones— para estudiar la sinodalidad en la vida de la Iglesia, que dio al final título al libro.
Estamos pues, ante una apuesta que permite adentrarse en lo que propone el Papa como sinodalidad: «El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio». Seguramente esto sea mucho más fácil de decir con palabras que ponerlo en práctica. El libro viene a ayudar en la reflexión y a poner la insistencia en un tema que, hoy por hoy, resulta muy actual.
Jesús Miguel Zamora, FSC
CONFER 228 (octubre-diciembre de 2020) 648-650.