(Carlos Correas Montero, en Misión Joven). Os animo a leer este libro –Morir al alba– que nos presenta el testimonio del joven Bartolomé Blanco, laico, salesiano cooperador, mártir de la fe y de la justicia. Un joven que ha sabido encarnar la fuerza del Evangelio en la vida de su familia y de la comunidad cristiana y civil, en el compromiso del trabajo cotidiano, en el ámbito socio-político y todo en un momento de persecución religiosa.

La historia de Bartolomé está vinculada a la historia del pueblo y de la Iglesia de España en el dramático periodo que va desde 1931 hasta 1939 cuando se declara el final de la Guerra Civil, marcado por una cruel persecución anticristiana. En ella encontraron la muerte muchos sacerdotes, religiosos y laicos que formaban parte de asociaciones apostólicas católicas.

Estamos ante un texto bien encuadrado en el contexto histórico, político y religioso. Bartolomé es un cristiano joven de Pozoblanco, de orígenes humildes, sin poder seguir unos estudios reglados, con capacidad para ver la realidad de los pobres, de los campesi­nos y de los que no tienen voz. Marcado desde niño por la pérdida de sus padres, vive con sus tíos y primos como hijo y hermano. Vive la fraternidad con los compañeros de escue­la, los amigos y con los componentes de las diversas asociaciones de las que formará parte.

Se sentirá acogido en la casa salesiana de Pozoblanco donde sentirá la familiaridad y la confianza. Especialmente se sentirá acompañado por el salesiano don Antonio do Muiño, que hará de padre y de director espiritual. Será modelo para los jóvenes y la familia salesia­na de la que formaba parte como salesiano cooperador. Es ejemplo de valentía, de opción por ser diferente, de generosidad, de fortaleza, de fidelidad a la propia vocación de amor a los pobres y de lucha por el bien común. Bartolomé, por la clara identidad cristiana, por su compromiso por los valores de la justicia y la defensa de las clases más pobres y vulnera­bles, sufrió y murió mártir siguiendo el ejemplo dado por Jesús en la cruz.

Bartolomé creció a la luz del evangelio como discípulo de Jesucristo, marcado por el espíri­tu de Don Bosco y comprometido por la justicia. Opciones que le traerán problemas, incom­prensiones, persecución y martirio. El autor nos presenta la santidad de un joven mártir, modelo y referencia para todos. Muy sugerente para jóvenes audaces, sacerdotes valien­tes, religiosos comprometidos, catequistas y animadores de grupos de fe que necesitan presentar ejemplos de santidad juvenil para la Iglesia del presente y del futuro.

Carlos Correas Montero

Misión Joven 532 (mayo de 2021).