(Miguel de Santiago, en Ecclesia). Con un verso del Tríptico Romano del santo papa polaco ha titulado Rino Fisichella su obra Yo llevo tu nombre en mí. Es un acierto, pues Karol Wojtyla fue un poeta –es decir, un creador «visionario»– y hombre de teatro y, por tanto, de comunicación, luego un filósofo en la línea de Max Scheler y, sobre todo, un teólogo (hizo el doctorado en 1948 con una tesis sobre la fe en san Juan de la Cruz bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange) que ejerció el magisterio pontificio como sucesor de Pedro.
Su poesía está llena de teología y ésta adquiere en ocasiones un tono poético y, por supuesto, ecos de su formación filosófica. Toda su teología nos aboca al misterio de la redención del hombre por parte de Dios en su Hijo Jesucristo. Desde su primera encíclica, Redemptor hominis, 1979, a la que puede calificarse como programa del pontificado y síntesis del pensamiento espiritual de Juan Pablo II, encontramos una completa visión sistemática de su magisterio: Jesucristo redentor, Dios Padre, el Espíritu Santo, la Virgen María, la Eucaristía, el valor de la vida humana y su carácter inviolable, las relaciones entre la fe y la razón, la enseñanza moral de la Iglesia, el ecumenismo o diálogo entre los cristianos, el sentido del trabajo, etc.
En las catorce encíclicas aborda los desafíos teológicos, culturales y sociales que requieren una respuesta a la luz de la fe. El Papa, como pastor de la Iglesia universal, aborda cuestiones de fe y moral, válidas para la Iglesia en todos los lugares, ya que se trata de educar al pueblo cristiano para corregir errores y hacerle madurar en la fe permaneciendo siempre en la unidad, en el testimonio de la caridad y en el compromiso de mantener viva la esperanza en el Resucitado. En suma, supo leer los signos de los tiempos y darles una perspectiva de fe encarnada en la historia para llevarla a su cumplimiento definitivo.
Estas páginas son pauta para entender la teología subyacente –anclada en la Tradición para poder responder a los desafíos de la secularizada sociedad contemporánea– en las encíclicas que Juan Pablo II escribió durante los veintisiete años de su pontificado (dejando aparte otros documentos relevantes como exhortaciones apostólicas, cartas apostólicas, discursos, audiencias generales).
El autor del libro que comentamos, Rino Fisichella, fue profesor en la Universidad Gregoriana, rector de la Universidad Lateranense, responsable de la Comisión Teológica del Gran Jubileo del año 2000 y, actualmente, obispo presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Toda una autoridad teológica, que, como consultor en su día de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue colaborador cercano de Juan Pablo II, y posteriormente elegido ponente de la causa de canonización de aquel Papa.
Miguel de Santiago
Ecclesia 4.089 (18 de septiembre de 2021) 49.