Nicolás Castellanos Franco

Nicolás Castellanos Franco, un bendecido de Dios

(Reseña del libro Nicolás Castellanos Franco.  Un obispo del Concilio Vaticano II. Nada para los pobres, sino todo con los pobres, de Julio Jiménez Blasco. San Pablo, Madrid 2022).

La primera impresión al tomar este libro entre mis manos es que se trata de una obra esmeradamente preparada y editada. Colores suaves en la portada, titulo y subtítulo claro, una fotografía al natural, nada de retoques, letra grande y clara, espacios en blanco, abundantes, interlineados y márgenes fluidos. Los editores no han querido ahorrar, sino poner el diseño y los elementos que le conforman para facilitar la lectura. Un digno continente para un más valioso contenido. Caso contrario podría desalentar para empezar y terminar las 780 páginas que conforman la obra.

Un prólogo de 12 páginas es el entremés del libro. Le hace el compañero del biografiado y actual obispo de Palencia. Merece la pena ser leído en toda su integridad. Va al grano. En la solapa encontramos un resumen que dice así: «Esta biografía no es una confesión que nazca de un espíritu presuntuoso, exhibicionista u orgulloso de alguien que quiera dar lecciones a los demás. Se trata de una humilde confesión hecha a Dios y a los hombres, de un hombre cristiano, religioso y obispo misionero; una confesión del poder de la gracia de Dios y su providencia que le ha ido llevando siempre de la mano en todos los pasos de la vida». Coincido con el prologuista en que Nicolás es y tiene una personalidad desbordante, optimista y esperanzada, soñador, vital, constructivo, alegre, de vida interior profunda, de silencio, estudio, contemplación, solidario, coherente, perseverante, gran comunicador, con vena poética, sencillo, sincero, consciente de sus límites y pecados, humilde que anda en la verdad, con gancho para contagiar, un santo de la puerta de al lado, reflejo de la presencia de Dios.

Estas son las pinceladas que el autor irá plasmando de forma natural en las páginas que conforman esta biografía. Yo que conocí a Nicolás ya en el año 1972 puedo decir que siempre fue así. Destacó entre todos. Joven, muy joven, su comunidad numerosa más de 30 frailes y bien preparados en las ciencias humanas y en la virtud le eligen Prior. Cuando se crean en las universidades civiles por la Ley de Villar Palasí los Institutos de Ciencias de la Educación para formar pedagógicamente a los profesores ya en ejercicio, en Palencia había más de 1000 frailes, más el clero diocesano y las monjas y justo la Universidad de Valladolid se fijó en Nicolás para que fuera profesor. Y en el Consejo Presbiteral donde el actuaba por votación aplastante de todos los religiosos de Palencia, monjas incluidas, sus aportaciones eran muy tenidas en cuenta. El obispo Anastasio Granados en los momentos más difíciles buscaba su sabio consejo. En más de una ocasión le llevó paz, consuelo y discernimiento. Y cuando tiene que dejar este cargo porque los agustinos democráticamente le han elegido Prior Provincial, todos lo lamentan. Sus libros ya entonces Seminario Menor y mundo actual, Descubrir la vida y tantos otros eran líderes y formaban a mayores y a jóvenes. Las mismas Paulinas olfateaban ya entonces sus muchas cualidades y ya en 1973 por parte de la Hna Fidelis Puebla, que era de Lantadilla pueblo de Palencia, conocedora y colaboradora en la Confer Nacional le pidió para su editorial Proyecto y comunidad de vida que redactó en pocos meses. Nicolás fue siempre así, arrollador.

La biografía va relatando hechos y dichos, escritos, reflexiones, pero en el fondo se trata siempre del mismo, creyente, comprometido con la vida, la evolución, los valores más normales y necesarios, como la cultura, la belleza, la honestidad, la igualdad, la sencillez, la de ir a lo sustancial a lo que afecta a la persona humana. Y cuando se le presentan dificultades, contratiempos que los ha tenido y grandes, más que muchos otros, no se achica y retrocede. Puede decirle a Dios como Santa Teresa. Tienes tan pocos amigos porque les tratas mal. Pero él sigue, porque mira alrededor y ve la pobreza y un campo inmenso de trabajo. Y la luz llegará. Siempre que llueve escampa y a la noche sigue el día. Y otros en caso análogos habrían dicho, cuando le ponían sus Jefes en Roma tantas dificultades para dejar diócesis e ir de misiones, pues si la voluntad de Dios se manifiesta por mis superiores, abandono todo y punto. Pues no, él se planta y erre que erre, decide ser libre de ataduras para volar, viajar hasta la periferia de Sta. Cruz. Es Nicolás que parece como los Reyes Magos. Siguen la estrella que vieron, desaparece ésta, preguntan, siguen, se aparece de nuevo, encuentran, adoran, hablan y siguen por otro camino. Es duro y muy duro para un obispo ilusionado lo que relata Julio Jiménez. Obstáculos en Roma, movimientos del os nuncios puertas cerradas por obispos en Bolivia. La luz es más fuerte. Pero Nicolás siempre fue así. Solventó el problema de las vestiduras episcopales con un fajín prestado por un canónigo, fue a los pueblos, pisó las calles, la gente le quería y el correspondía. Ordenaba de curas a los seminaristas en sus pueblos, visitaba a enfermos, iba por la calle. Todos le conocían y hablaban. Si había que correr en chándal para recaudar para los pobres, allí estaba él. Era un obispo distinto. El propio biógrafo relata como él fue a presentarle sus respetos y pensando que era en el Palacio le abrió la puerta en una comunidad de vecinos el propio obispo que habitaba en un bajo. Yo mismo hace dos años caminando con él por las calles de Palencia, después de 30 años desde su renuncia, cada dos pasos, la gente, jóvenes y mayores, mujeres y varones le paraban para abrazarle.

A lo largo de estos capítulos se presenta una biografía de una persona que conocemos, que ha transitado muchos caminos como uno cualquiera de nosotros. Y siempre ha encontrado, yo me atrevería decir, una iluminación, se ha sentido cercano Dios o Dios cercano a él. Cristiano de convencimiento muy fuerte y confiado. Su fe ha sido y es grande. Quien Dios tiene nada le falta, y nada te turbe, nada te espante. Lo ha hecho realidad y es vida en él Se me antoja leyendo esta biografía comparar a Nicolás a un astro cuyo resplandor y fuerza atrae a muchos. No eclipsa a nadie. Pero los carismas en la iglesia son muchos y variados y él ha sido un agraciado. Y tenemos que estar agradecidos y decir Dios se revela por los profetas y uno y de los grandes está entre y con nosotros.

Nicolás Castellanos, el misionero Castellanos, el Padre Nicolás, El Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, el obispo que renuncia en plena juventud y tantos otros nombres que se le pueden poner, no necesita presentación. Él es. Y sin embargo nosotros, si precisamos conocer algo de su vida, pues es irrepetible. Su vida ejemplo a seguir y admirar. Imitar es imposible. Nicolás es causa vértigo. Sus acciones no son explicables racionalmente. Se pueden conocer, admirar, pero explicar difícilmente. El milagro de la multiplicación de los panes y los peces, la conversión del agua en vino, el baja Zaqueo, hoy me hospedo en tu casa, levántate y anda, el milagro del samaritano que cura, busca posada y deja un dinero para su tratamiento, y otros muchos más, los hemos visto u oído en nuestros días en el Plan 3000, en Sta. Cruz de la Sierra, en Bolivia. No necesitamos otros signos. Un profeta vive con nosotros y le hemos conocido. Un amigo de Dios habita en nuestro mundo y le hemos conocido y tocado. Cuantos se han arrimado a él, los más han sido tocados por la gracia, como otros Elíseos, por el manto de Elías y se han olvidado de su tiempo para dedicarlo a los pobres, a sanar a los enfermos a dar de comer a los hambrientos a enseñar a los que no saben, a vestir a quienes no tienen para ellos. Médicos, arquitectos, maestros, músicos, artistas, beneficiados por la riqueza políticos, jóvenes y mayores, por miles, han sembrado allí esperanza y de paso su vida también experimentó la alegría de hacer el bien y experimentar la bendición que trae el dar y darse. Seguirle en todo es imposible. Parece y es un milagro y de los grandes que tantas personas e instituciones viendo el resplandor de sus acciones, arrastrados por su ejemplo hayan puesto sus bienes, como hacían los primeros cristianos en manos de los apóstoles, para que él distribuya. Cuesta mucho desprenderse de los dineros que uno, que con el propio trabajo ha ido acumulando o ahorrando. Nicolás no precisa discursos. Su vida, su entrega. El mismo vende su herencia, la herencia de sus padres y lo lleva para los pobres del Plan 3000. Este movimiento extendido en toda España, en Alemania e incluso en Bolivia, la biografía lo refleja bien. Es gracia, pura gracia, obra del Espíritu. Solo se puede decir, bienaventurados los que tienen ojos para ver y miran. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Y este número tan ingente de personas particulares e instituciones que están presididas también por personas han obrado bajo la inspiración del Espíritu, impulsados por la fuerza de la luz del Evangelio. Han levantado con su acción las manos de Nicolás en el Plan 3000 para que no decaiga.

Julio el biógrafo conoció a Nicolás cuando él era Delegado de Telefónica en Palencia. Es doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. No es un clérigo. La obra no huele a sacristía, ni a cera, ni a agua bendita. Al pan, pan, y al vino, vino. Los hechos son los hechos y el historiador sabe buscarnos, ordenarlos y contarlos. Tres años de un inmenso trabajo Son muchos los documentos que ha tenido que estudiar, entender, resumir. Las cartas Pastorales son unos documentos muy importantes que él ha trabajado. Tengo que decir que a pesar de haber leído bastante sobre la teología de la liberación, nunc ala había comprendido como ahora extractada de los escritos de Nicolás la expone Julio. Ha sido un artífice y artista a la hora de narrar cosas propis de Iglesia y jerarquía. No critica, no codena. Expone sin emitir juicio y menos aún negativos La biografía que ha escrito Julio Giménez desde Sevilla es un gran servicio a la humanidad, a la teología, a la religión, al género humano. El autor bien es cierto que ha tenido por biografiado a una persona de la que se puede decir y escribir mucho. Pero por eso es también difícil discernir y contar lo más significativo, porque todo no se puede. Tendría que haber una docena de biógrafos como Julio y dividirse bien el trabajo para presentar la vida y milagros de Nicolás Castellanos. Yo no voy a referir nada en concreto. He leído la obra competa y muchos de sus libros y artículos. Conozco al fundador de Hombres Nuevos des 1972 y aunque en algunos tiempos no le seguí conozco su pensamiento y acción como parara poder decir: Julio has sido un gigante y escrupuloso biógrafo. Tus fuentes son de primera calidad: Orales, escritas, conversaciones informales, entrevistas formales, síntesis, reflexiones. No escribes nada gratuito, ni en vano. Todo es cierto y probado. Lo que dices es verdad. Incluso los momentos de duda de deserción, de crítica, no ocultas. Las presenta como las has percibido, dolorosas, pero reales. No lo has ocultado para, en falsa percepción, plasmar como que todo había sido luz. En medio de todo Nicolás puede haber vivido sombras, desprecios, acosos, dudas y por parte de los que más duele, los propios, la jerarquía. Y sin embargo él sigue, sigue con quienes le han querido seguir. Y estos han sido miles y lo siguen siendo.

El apartado de biografía pp. 757- 770, nos dan una idea de lo mucho que ha escrito El Fundador de Hombres Nuevos, lo muchísimo que ha tenido que leer Julio el biógrafo y lo mucho de lo que podemos aprender. Nos da una idea del rigor con el que ha trabajado y lo bien documentada que está la obra. Hasta un índice de fotos hacen más amena y fructuosa la lectura. El apéndice p. 747-756 sobre los premios y galardones concedidos a Nicolás Castellanos Franco nos da una idea de lo que la sociedad civil ha valorado, estimado a su persona y ayudado su obra. Es un libro del que se pueden felicitar sus editores y los lectores. Lo mismo que quien se acerque a Nicolás no quedará defraudado como ya hemos experimentado muchos, quienes lean las 780 páginas del libro, cubiertas no incluidas, pero si muy recomendables, vivirán gran gozo y alegría y se sentirán ilustrados, confortado por haber conocido a un bendecido de Dios. Y al final se preguntarán como tantos y también este comentarista ¿Quién ha sido y es verdaderamente Nicolás Castellanos Franco? ¿de joven, fraile, obispo, misionero, atleta, fundador, profesor? Y remito al Prólogo del actual Obispo de Palencia y a sus calificativos y a los de muchos más adjudicados por periodistas, políticos, entrevistados, amigos, seguidores. ¿Es un místico, soñador, héroe, santo, idealista? Tomen y lean como dice el adagio agustiniano y luego piense, se goce cada uno por haber conocido algo de una persona, raris avis que aparecen en nuestro mundo con escasa frecuencia. De vértigo.

 

Donaciano Bartolomé Crespo, doctor e investigador, ha sido profesor titular de Ciencias de la Información, sección Periodismo, en la Universidad Complutense de Madrid. Cuenta con una extensa bibliografía, entre la que se cuentan títulos como Educación para la Ciudadanía, Investigar para innovar en la Enseñanza, Ensayo general sobre la Comunicación, Europa y medios de comunicación en la enseñanza, Las claves de la Información como principio de educación integral.

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