(Nova et vetera). Inspirada por el conocido libro de Ignacio Larrañaga Del sufrimiento a la paz, que a tantas personas ayudó y tantas ediciones alcanzó, Pilar Huerta, distanciándose de anteriores publicaciones suyas (Mejor será que hilen, o El telar de la Palabra), con marcadas resonancias bíblicas y teresianas, nos ofrece en esta ocasión La distancia entre los dedos, un itinerario espiritual personal.

El lector buscador de una experiencia espiritual, anhelante de Dios, habrá de transitar diversos peldaños «como plataformas de pensamiento» (que dirá Jesús Barranco en el Posfacio). Llamo peldaños a cada uno de los quince capítulos (podemos contar con la Introducción como un capítulo más) que forman parte de la escala de Pilar y del protagonista de su relato. Cada capítulo se relanza en su hilo conductor desde una sentencia significativa y una imagen que la ilustra adecuadamente. Voy a poner dos sentencias como ejemplo: Cuando una puerta se cierra, otra suerte abrir la fortuna (cap. IX. Frase de La Celestina, de Fernando de Rojas) o esta otra sentencia de Rowan Williams (Lost Icons), en el capítulo catorce y último: El yo se vuelve adulto y veraz al enfrentarse con el carácter incurable de su deseo: el mundo es tal que ninguna cosa otorgará al yo una identidad colmada y completa.

Pues bien, el caminante de esta obra, que inevitable camina con y en nosotros, acompañándonos en nuestro proceso existencial más profundo, asedia nuestra lectura, necesariamente reposada, con sus frases (cf. Jesús Barranco), y descubre la felicidad… Sin ánimo de hacer “spoiler” ni de derribar con una llave de judo a los enfermófobos, extraigo un pequeño párrafo del protagonista: He aprendido que no es pisando cimas de éxito como uno llega a su propia verdad, sino pisando sus propios fracasos. Y no ha sido precisamente la universidad la que me ha descubierto la verdad de mí mismo, sino este humilde hospital perdido en medio de un valle en el que ahora mismo nos encontramos (p. 95).

Deseamos mucha suerte a nuestra querida carmelita Pilar Huerta, y suerte es llegar a muchas personas, que quizás ella nunca conozca, a quienes este pequeño libro haga pensar, interiorizar y tocar el fondo de lo que somos, desde donde inevitablemente y con creatividad, podremos dar el salto al servicio desinteresado. Gracias por esta reflexión tan honda y tan sencilla.

CGM

Nova et vetera 92 (julio-diciembre de 2021) 154.