(Miguel de Santiago, en Ecclesia). A muchos puede extrañar el adjetivo con que la autora, Isabel Gómez-Acebo, califica a Santo Domingo de Guzmán ya desde el título que aparece en la portada de esta biografía: El santo olvidado (Editorial San Pablo). Pero lo achaca a la atención que en los siglos posteriores se dedicó a las figuras de otros santos dominicos, como Tomás de Aquino y Alberto Magno.

La historia, debidamente contextualizada y ambientada socialmente, está escita con un estilo biográfico inusual, una especie de versión moderna de los relatos contados de forma interrumpida al amor de la lumbre del hogar familiar. En este sentido, nos encontramos con la misma estructura narrativa que dio a otro libro suyo, el titulado Invisibles.

La autora recorre todos los hitos de la vida del santo fundador de la Orden de Predicadores, desde su nacimiento en Caleruega hacia el año 1074 hasta su muerte en Bolonia en 1221, pasando por sus años de formación en Palencia, los inicios pastorales en Osma y las innumerables correrías apostólicas por tierras de Dinamarca, Italia y Francia. El carisma de los dominicos, cuya fundación tiene lugar en Toulouse, el centro de la herejía cátara, obedece a la voluntad del papa lnocencio III, quien deseaba que su misión fuera la conversión de los herejes y que vivieran de las limosnas; por tanto, predicadores y mendicantes. Dada la fama de santidad, su canonización fue muy rápida, a los doce años de su muerte.

Miguel de Santiago

Ecclesia 4.085 (24 de julio de 2021) 49.